miércoles, 15 de abril de 2015

Día 104: Editorial: Derrame.

Ayer se presentó el Derrame XX, quinto en Ourense...y esto es lo que hay. Las redes sociales están poniendo a parir al festival desde el minuto uno en que salió la noticia, y creo que con razón. Esto ya no es apoyar la escena o barrer para casa, esto es un final.


Creo que esto ya es el último por esta ciudad. Llegaron con promesas de un festivalazo multitudinario que iba a traer a miles de visitantes a Ourense hace cinco años. Les dimos un voto de confianza el primer año y se cumplieron las expectativas, tres días de festival, grupos internacionales, grupos locales y los típicos grupos del Derrame de siempre. Pero ya vimos cosas raras y el presupuesto se comió al de las fiestas. A partir de ahí todo cuesta abajo. Cada vez que alguien cuestionaba al Derrame se le tachaba de "antipatriota", es decir, de tirar piedras contra su propio tejado y de espantar visitantes potenciales. Pero esto ya es casi esperpéntico. Un día de festival no creo que de para mucho, para ver otra vez a Los Suaves y a Rosendo, que tocan una semana antes en el Cultura Quente de Caldas...

No va a dejar ingresos en la ciudad, la gente viene al concierto, está en el concierto y se larga. con suerte pasarán la noche en un albergue de la ciudad, pero la "ciudad del Derrame", como ellos la llaman, tiene todo lo necesario para que la gente no salga de allí en todo el día, así que ese dinero se queda allí, no baja a Ourense, a los bares, a los pinchos o a las tiendas de merchandising. Al contrario, quita clientes. Cuando se estableció en Oira los bares de la zona vieron el cielo abierto...sólo para comprobar que el acesso se colocaba bien lejos de los bares para que la gente se lo pensara dos veces antes de salir del recinto a tomar algo a precio normal, en vez de al exagerado precio de Derrame.

Del presupuesto municipal ni hablo, es cosa del responsable de turno.

Con todo esto, hay que quedarse con lo bueno. Haber tenido un festival de los grandes en la ciudad, haber visto por dentro cómo funciona, los tejemanejes internos, la infraestructura que se necesita. Cosas que no suelen verse por aquí. Hemos tenido oportunidad de aprender. Ahora es cosa de cada uno haberla aprovechado.

La rueda de prensa en el salón del Concello realmente fue surrealista. Las caras sonrientes, el discurso optimista, el convertir los defectos en virtudes, sólo evidenciaban la triste realidad. En mayo hay elecciones, en junio es el festival, va a haber problemas y nadie quiere pillarse los dedos. La concelleira de Cultura, Ana Garrido, a la pregunta de si el festival seguiría en Ourense el año que viene respondió entre risas que ella deseaba que sí y Enrique Granda, responsable del festival, salió por la tangente como hace siempre que la pregunta es incómoda.

Lo que está claro es que este año es un festival de compromiso. Van a aprovechar el tirón de Los Suaves en su gira de despedida y nada más. No hay más argumentos. Es un cascarón vacío. 

Pero hoy están Guadalupe Plata en la Sala Berlín. La música sobrevive a todo. Larga vida al Rock'n'roll...XD
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